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Duque cumplirá la nueva orden de Uribe “bombardear al terrorismo, día y noche”

PorAníbal Montes de Oca

Jun 18, 2020
Caricatura: TAVOART

El Senador Álvaro Uribe, el 17 de junio, en un trino, pide que la aviación militar debe bombardear al terrorismo, día y noche, sin tregua.

De antemano se sabe que esa orden el gobierno la viene cumpliendo, la pregunta es ¿qué tan efectivos han sido  los bombardeos o los escalamientos de la guerra para superar lo que la extrema derecha desde hace 56 años llama terrorismo?

Máximo en un contexto en el cual los bombardeos  están generando desgaste al gobierno; como el del 5 de noviembre de 2019, en el Caquetá, que causó la muerte de 7 menores, que ocasionó   la renuncia del ministro de defensa Guillermo Botero.

No podemos olvidar que el 14 de junio de 1964 fue bombardeado Marquetalia, en desarrollo de la Operación  Soberanía,  lanzada contra las llamadas por el entonces Senador Avaro Gómez Hurtado, “repúblicas independientes”. El resultado de la Operación Soberanía, fue forzar a los campesinos agrupados en autodefensas dispersas a estructurar las  FARC.

Desde entonces 15 sucesivos gobiernos han realizado diversos planes contrainsurgentes, grandes operaciones militares, e infinidad de bombardeos, pero la guerra continua y las víctimas aumentan; la lógica ha sido negar que el conflicto armado tiene su raíz en el conflicto social, cultural y político.

Con la  nueva directriz de Uribe que no es solo de bombardeos, si no de operaciones de fumigación aérea habrá nuevas violaciones a los derechos humanos en extensas regiones.

Uribe equipara varias realidades contrapuestas para justificar la fumigación aérea.  Además nos mete,  el cuento de que los guerrilleros escindidos, [¿o continuadores?], de las FARC, responsables de la emboscada contra el ejército el 16 de junio, en el Caquetá, son  los mismos que asesinan a los líderes sociales, eso no es creíble.

Los informes sobre  asesinatos y amenazas contra los líderes sociales, coinciden en que afectan a líderes campesinos que piden sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, reclamantes de tierras, y líderes indígenas y Afros, que se resisten a que sus territorios y  comunidades sean afectados por grandes explotaciones mineras y agroindustriales.

Es conocido que el movimiento anti restitución de tierras es muy cercano al Centro Democrático. Y quienes amenazan y asesinan por oponerse a los megaproyectos son, el clan del golfo, Águilas negras y Rastrojos,  quienes en sus panfletos de amenazas respaldan los megaproyectos y en varios casos han estado implicados miembros de la fuerza pública.

Tal como lo sabemos por la experiencia de los últimos 20 años, la fumigación aérea no reduce la producción y tráfico de cocaína; lo que  hace es desplazar de las zonas fumigadas a los campesinos, y causar daños ambientales y a la salud.

Los desplazados por las fumigaciones habitarán nuevos cinturones de miseria en las ciudades, mientras  en otras zonas apartadas y sin desarrollo social, otros labriegos establecerán los  nuevos cultivos de coca, creando otros focos de degradación ambiental  y violencia hacia ellos.

Sí después de 56 años, ni bombardeos, ni tropas gringas, ni fumigación aérea, resuelven el conflicto y menos el narcotráfico, no será justo y necesario insistir en que los Acuerdos se cumplan y los diálogos continúen; y claro tampoco es justo que la gente se deje matar o desterrar.   

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