• abril 19, 2024 4:38 am

El «Castro-Chavismo»: un monstruo imaginario

PorCamilo Arteaga Duran

Nov 28, 2020

La resplandeciente luz tropical del cielo colombiano se ve opacada por la sombra colosal de la bestia.  Las cabezas de Fidel Castro y Hugo Chávez conforman su bicefalidad. Su descomunal y pesado cuerpo avanza raudo hacia a este territorio en las piernas del marxismo-leninismo, donde pretende instalarse de forma eterna. Carga en su brazo izquierdo la hoz y el martillo comunistas, y en el derecho, el látigo castigador para todo aquel que anhele tener su propia empresa o simplemente desee su libertad.  Su corazón bombea con fuerza la roja sangre comunista de la Unión Soviética que se creía seca, desaparecida; ahora se torna más viva, casi inmortal.  Carga al cinto la funda donde guarda el machete corta-sueños colectivos e individuales,  ese machete expropiador de honestos y abnegados empresarios y gentes del común. Lleva, igualmente, un peculiar emisor de rayos homosexualizadores de infantes y una especie de caja de pandora que, al ser abierta, convierte a los religiosos en descreídos y pecadores.  Tiembla la tierra donde pisa, quiebra naciones, en fin… una bestia ni siquiera comparable con las de los relatos apocalípticos o las de los films de Hollywood.  Los más ilustres guionistas del cine de terror palidecen ante la reiterada pero persuasiva descripción que del monstruo hace el locuaz Dr. Álvaro Uribe junto a su partido —ayudado por el Dr. Ordoñez y RCN—, entre un tono de angustiosa advertencia por su llegada y el de una amenazante venganza de su parte si permitimos su acceso.

Apadrinado por los comunistas Santos y Timochenko, el Castro-Chavismo tiene por cometido prensar con sus garras a Colombia para luego despedazarla y engullirla con la voracidad propia de las fieras hambrientas. Ya devoró a Cuba y Venezuela y no colmó su apetito. Ahora Colombia será su presa, grande y suculenta.  Es inmune a los dardos de la justicia porque su frondoso pelaje protector está untado de un extraño revestimiento de impunidad y nadie, a excepción del «presidente eterno», puede combatirlo.

Ante semejante monstruo que, además —y conforme al relato— es polimórfico y adopta la forma de una tierna paloma de la paz, el miedo se ha disparado en el imaginario colectivo de las y los colombianos. Y no es para menos: frente a tal reseña, cualquiera con sentido común cae presa del pánico y huye despavorido a buscar refugio ante su ya inevitable llegada.

Lo propio hicimos nosotros, una multitud que prestó oído al expresidente. Ya en el bunker subterráneo, cobijados por su protección, aunque aún temerosos de su pronto arribo, el ambiente es de tensa expectativa.  Sólo el valiente senador y su partido se encuentran afuera, esperando de forma estoica —propia de héroes— su presencia para combatirlo.  Mientras eso, su voz continúa narrando la desmesurada malignidad de ese ser. Voz que es amplificada por nuestro radiecito portátil en un dial de RCN.

La cada vez más intensificada descripción nos inyecta tanto temor que nos acerca a las fronteras de la paranoia.  Desde afuera se escuchan vientos estruendosos que quizá sean los resuellos de la bestia confirmando su proximidad.  Las palabras del senador cuentan que se acerca, pasan los días y seguimos expectantes a su llegada pero no sucede, a pesar de que nos ha dicho enésimas veces que tras el acuerdo de paz, el monstruo ya ha anidado en Colombia.  El paso de los días torna su relato rutinario, tedioso, hastiante; relato que en un principio fue inverosímil aunque atrayente, envolvente y al tiempo, perturbador.

La estrepitosa ventisca continúa, pero esta vez el razonamiento colectivo del grupo descarta que sea producto del resollar de la bestia. Decidimos entonces abrir la puerta: el cielo sigue igual de ensombrecido pero sus pisadas aún no hacen eco y el ventarrón que soplaba ferozmente no pertenecía a las exhalaciones del monstruo, sino al impetuoso ajetreo del huracán de la verdad que recogía a su paso lo estipulado en el pacto de paz y lo arrojaba en todas direcciones y con gran fuerza, como anhelando su divulgación.  A nuestros pies había lanzado un voluminoso documento, de 310 páginas, para ser exactos. Procedimos a abrirlo: Era el acuerdo de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno de Santos (1).

Leímos con sosiego y rigurosa atención su contenido; ¡Oh, sorpresa!, en él no está acordado el cambio del sistema político-económico del país y/o el irrespeto a la propiedad privada (2).  Tanto es así que por paradójico que parezca, la guerrilla, en líneas generales, la defiende, en el sentido que se ha acordado la formalización masiva de la pequeña y mediana propiedad rural, la habilitación de zonas de reserva campesina para las comunidades menos favorecidas que son en su mayoría víctimas del despojo por parte de grupos paramilitares (restitución de tierras), entre otros convenios, y con ello se está remarcando, definiendo y titularizando esa propiedad privada rural tan característica del capitalismo (3).  El monstruo bicéfalo ha perdido sus célebres cabezas comunistas.

Así mismo, se descarta en él la existencia del célebre ‘Rayo homosexualizador’ de menores y destructor de familias, avizorado por el ‘agudo ojo’ del exprocurador Ordoñez.  Es decir, no existe la ideología de género, lo que existe es un enfoque de género para la resolución del conflicto (4); una política dirigida a reconocer a la mujer como víctima de la guerra (y casi siempre, de violencia sexual) y en la que se establece la búsqueda de mecanismos para la no repetición de estos vejámenes contra el género femenino.  Con ella también se busca el acceso de la mujer en igualdad de condiciones respecto a los hombres a la tenencia de la tierra y a proyectos productivos, a líneas de crédito, a la formación y asistencia técnica, a la capacitación en tecnología agraria, etc.  En nada toca el concepto de familia tradicional católica; es más, ese tema es calificado como fuera del contexto de la negociación del fin de la guerra (5), aunque hábil y malintencionadamente ha sido usado como ‘argumento’ contra el acuerdo, ‘sustentado’ en creencias religiosas que como por arte de contorsionismo ideológico se convierte en intereses políticos.  ¡Vaya!, parece que las avanzadas y poderosas armas del abominable némesis eran inofensivas y por el contrario, reparadoras y constructivas.

Tampoco existe en el texto ese revestimiento de impunidad tantas veces descrito por el Dr. Uribe, ya que el acuerdo está hecho a la luz de los tratados internacionales vigentes (Tratado de Roma, el cual Colombia ratificó en 2001 y del Protocolo de Ginebra), es decir, acoplándose al DIH (Derecho Internacional Humanitario) y la CPI (Corte Penal Internacional), los cuales, lógicamente, no admiten la impunidad (6).

Supimos que la ONU, la CERAC, los EE.UU., la Unión Europea y un sinnúmero de naciones y organizaciones apoyan y fungen como organismos vigilantes del acuerdo. Fue ahí cuando entre la multitud se oyó, con acento hilarante y sarcástico, una voz que decía: ‘¡Vea pues, ahora los gringos y el mundo entero se nos volvieron comunistas!’. Las risas explotaron en el ambiente al tiempo que lo distensionaban.

Así, leyéndolo y analizándolo continuábamos día tras día. La titánica amenaza diezmaba su tamaño con el doblar de cada página y al terminar la última, se había convertido en un pigmeo tímido e inofensivo que jamás tuvo fuerza en Colombia y que por más que deseara tenerla, las viejas y continuas tergiversaciones y deformaciones que de él se habían hecho terminaron enquistadas en el consciente y el subconsciente colectivos al punto de convertirlo en el NeoFrankenstein ideológico y político del que todos huyen, tornando impensable su asentamiento en el poder —por las vías democráticas (voto popular)— del país cafetero.

¿A que obedecía entonces la extensa y estática sombra posada sobre los cielos?

Resueltos a averiguarlo, nos abocamos a la intemperie y, efectivamente, esa penumbra pertenencia al reflejo de un energúmeno de gran dimensión, pero, contrario a lo dicho, no correspondía a la del monstruo Castro-Chavista sino a la enorme sombra proyectada por efecto del choque de la luz de la verdad contra la conciencia del senador y prolífico autor de historietas de terror.  Entendimos entonces que el Castro-Chavismo era un monstruo imaginario que tenía por misión encubrir un monstruo real: El del temor del senador a la verdad*.

________________________

*La verdad es uno de los pilares fundamentales del proceso de paz, exigencia innegociable de los organismos internacionales de justicia para la cesación de conflictos así como para la reparación integral de las víctimas.  Esto genera en la psiquis de Uribe un temor muy bien cimentado, real (7); ya que son numerosos los potenciales beneficiarios de la Justicia Especial de Paz (J.E.P.) que conocen de las actuaciones del expresidente y exsenador, además de los casi 300 procesos investigativos en su contra que duermen profundamente en el catre de la justicia Colombiana (Comisión de Aforados, anteriormente Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes) y dentro de los cuales muchos configuran delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, de característica no prescriptiva.  Si existe inoperancia de la justicia (como en este caso), Uribe puede ser juzgado por la Corte Penal Internacional. Su fuero presidencial es inválido ante ella.  Dentro del acuerdo de paz entre guerrilla y gobierno no se contemplan investigaciones contra expresidentes, (único nicho de posible impunidad), error que motivará inequívocamente a esta Corte a posar su lupa sobre sus actuaciones dentro del largo y cruento conflicto colombiano o en su actividad pública (8).

________________________

Referencias 

(1) http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/24-1480106030.111480106030.2016nuevoacuerdofinal-1480106030.pdf

(2) http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/24-1480106030.111480106030.2016nuevoacuerdofinal-1480106030.pdf

http://www.semana.com/nacion/articulo/sergio-jaramillo-en-la-habana-no-se-esta-negociando-la-propiedad-privada/405336-3

(3) http://www.eltiempo.com/contenido/politica/proceso-de-paz/ARCHIVO/ARCHIVO-16682558-0.pdf

http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/24-1480106030.11-1480106030.2016nuevoacuerdofinal1480106030.pdf

http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/enfoque-de-genero-y-expropiacion-en-el-nuevo-acuerdo-de-paz-47032

https://www.youtube.com/watch?v=ed5vhMsOIpo (Min. 1:15:00).

http://www.semana.com/nacion/articulo/acuerdo-de-paz-con-las-farc-enfoque-de-genero/504340

(4) http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/24-1480106030.111480106030.2016nuevoacuerdofinal-1480106030.pdf

http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/enfoque-de-genero-y-expropiacion-en-el-nuevo-acuerdo-de-paz-47032

(5) http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/24-1480106030.111480106030.2016nuevoacuerdofinal-1480106030.pdf

http://www.elpais.com.co/proceso-de-paz/enfoque-de-genero-del-acuerdo-de-paz-ya-no-es-preocupacion-para-pastores.html

(6) http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/respaldo-de-la-corte-penal-internacional-al-acuerdo-de-paz-con-las-farc-43107

http://www.semana.com/on-line/articulo/el-estatuto-roma-corte-penal-internacional-visto-abogadoindependiente/56660-3

http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/john-kerry-reitero-apoyo-a-la-paz-ME3789592

https://www.mesadeconversaciones.com.co/enviar-propuesta/como-participar

http://www.semana.com/on-line/articulo/el-estatuto-roma-corte-penal-internacional-visto-abogado-independiente/56660-3

http://www.semana.com/noticias/articulo/colombia-ratifica-corte-internacional-justicia/51050-3

http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/cpi-condiciona-proceso-de-paz-con-farc/16506518

http://www.elespectador.com/noticias/paz/acuerdo-especial-tratado-de-paz-articulo-624432

http://www.semana.com/opinion/articulo/corte-penal-internacional-puede-investigar-el-acuerdo-de-paz-de-la-habana/458125-3

http://www.semana.com/nacion/articulo/primera-reunion-de-enviado-de-eeuu-con-delegados-del-gobierno-farc-en-cuba/419589-3

http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/john-kerry-reitero-apoyo-a-lapazME3789592http://cerac.org.co/es/acerca/historia.html

(7) http://conlaorejaroja.com/el-temor-no-deja-en-paz-a-uribe-y-uribe-no-deja-en-paz-a-colombia/

(8) https://es.wikipedia.org/wiki/Corte_Penal_Internacional

http://www.vanguardia.com/historico/44274-corte-penal-internacional-puede-investigar-crimenes-en-colombia

http://www.cronicon.net/paginas/juicioauribe/Sec-CPI.htm

http://www.semana.com/nacion/articulo/exclusivo-habla-el-abogado-de-las-farc/436150-3

Sobre el autor

Deja un comentario