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El «Centro»: la Derecha de siempre

PorCamilo Arteaga Duran

Nov 24, 2020

Por: Camilo Arteaga D.

Si se quiere ubicar al Centro en el espectro ideológico colombiano —que es el país que nos atañe— primero debemos dar por sentado que existen dos extremos: La extrema derecha y la extrema izquierda.

La extrema derecha está inequívocamente definida: El uribismo o Centro Democrático. Serias acusaciones y evidencias de todo tipo de que sus fundadores, integrantes y militantes (en buena parte) han financiado o colaborado —de una u otra forma— en la creación y expansión de sanguinarios ejércitos privados con ideología de extrema derecha (paramilitares), son uno de los más fuertes pilares para sostener que ese partido político está en ese extremo. Su marcado dejo religioso (católico) casi medieval (Ordoñez, por poner solo un ejemplo); su menosprecio por las variedades raciales (negritudes, indígenas), su menosprecio por las clases excluidas (mayorías en Colombia) que raya en la aporofobia; su apoyo a gobiernos eminentemente fascistas (Trump, Bolsonaro, Añez, Guaidó, entre otros), sus políticas en todos los campos así como muchas de sus acciones, son rasgos fascistas inconfundibles. Un fascismo criollo. En ello hay amplio consenso.

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Ahora bien, encontremos entonces al otro extremo: la extrema izquierda. ¿Existe en Colombia?: Por extrema izquierda se entiende el socialismo y el comunismo. En ese sentido, las FARC (sobre todo las disidencias) o ELN, son ejemplos palpables. Tienen una visión marxista y una propuesta socialista o comunista.

Disidencias de las Farc y el E.L.N infiltran marchas en Bogotá y resto del  país señala la Dijín. – Radio Super Popayán

Bien. Identificados los dos extremos, surge entonces la pregunta: ¿Por qué, quienes se consideran de Centro, ubican a Petro en el extremo-izquierdismo?: Si examinamos juiciosamente, no solo en la propuesta política actual de Petro sino en la transversal de su vida pública, no aparece el comunismo o el socialismo. No propone que los medios de producción sean nacionalizados, no propone la expropiación al estilo chavista que muchos le endilgan calumniosamente (ha hablado de COMPRA de tierras, solo si están improductivas); no propone la dictadura del proletariado ni la abolición de las clases sociales ni la eliminación del Estado. Ni lo ha propuesto ni lo propone ni lo ha hecho, que es, en últimas, lo que vale. No lo hizo cuando pudo: No expropió, siendo la expropiación una acción legal y legítima pues está consignada en la Constitución (Art. 27) porque el bien común va por encima del particular. Peñalosa sí lo hizo, por ejemplo, con el Country Club. ¿Por qué entonces acusan a Petro de «expropiador» o «extremista»? Ni siquiera el M-19 al que perteneció, tenía una línea soviética comunista/socialista. Las Farc sí, a las que no ingresó precisamente porque, desde su juventud, no gustaba de su ideología.

Lo han señalado de chavista, quizá por compartir la visión bolivariana de unión de países sudamericanos, de no intervencionismo extranjero y de empoderamiento de los excluidos. Eso no es chavismo ni socialismo ni comunismo, cualquier liberal y/o demócrata que se precie de serlo, lo compartiría. Pero, además, Petro propone lo opuesto al modelo extractivista de Chávez y Maduro, tanto por la grave afectación al planeta (es un experto en cambio climático) como por su inviabilidad . Un país no puede ser dependiente de un solo producto de exportación, porque quiebra su aparato productivo (mal holandés) y vivirá una crisis igual a la venezolana. Además no es posible, porque Colombia tiene reservas de petróleo para menos de cinco años. Es imposible hasta en el deseo. Poner a producir al máximo el agro es su consigna.

En resumidas cuentas, y echando mano de la literatura económica y académica en general, Petro es un socialdemócrata (el gran referente de la socialdemocracia son los países noreuropeos): Reformas dentro del capitalismo. Reformas que ni siquiera lo son, pues, en un Estado Social de Derecho, como lo dicta la constitución, la propuesta de Petro viene siendo el simple cumplimiento a cabalidad de ella. ¿De qué habla Petro?: de derecho a la salud, a la educación, al trabajo digno. Eso ya está en la constitución. Quizá lo mas «nuevo» sea la reforma agraria, para poner a producir hasta el último metro cuadrado de la tierra fértil en Colombia, pues somos un país netamente agrícola. Ese es nuestro gran potencial. Aunque, si nos remitimos a la historia, esa idea ya la contemplaron viejos políticos (para nada comunistas o socialistas o «extremistas») como Lleras Camargo, Luis Carlos Galán o el conservador Álvaro Gómez Hurtado. Lo más nuevo, eso sí, de la propuesta de Petro, es en lo referente a la adaptación al cambio climático y el cuidado del ecosistema, que tampoco es tan nueva, ya que desde hace tres décadas se advirtió sobre el inmenso riesgo de este fenómeno para la vida en el planeta. ¿Entonces por qué insisten en llamarlo extremista? ¿Quiénes lo llaman así?: Casualmente uno de los extremos definidos: el uribismo, pero también el autodenominado Centro. Lo más extremo de Petro es que no tolera la corrupción, y eso lo ha demostrado cuando ha denunciado a sus propios copartidarios.

¿Puede entonces existir el Centro en la actualidad política colombiana? Empzando que Petro no es de extrema izquierda sino socialdemócrata, se puede asegurar que no, pese a que el «Centro» busque forzadamente ubicar a Petro como extremo para así erigirse como opción viable entre dos inviables (extremos). Paradójicamente, lo más parecido a un Centro en política (si es que eso puede existir) es la socialdemocracia, que es precisamente la corriente económica en la que Petro está ubicado.

¿Qué propone el autonombrado Centro? Realmente no existe una propuesta política seria de parte del «Centro» para Colombia y la crisis multidimensional que vivimos; y sus acciones políticas se configuran más como de derecha. Vemos por ejemplo, la alcaldía de Claudia Lópe z, con más cemento, más Transmilenio, más Peñalosismo (Peñalosa, personaje eminentemente de derecha y en muchos casos, de extrema derecha). Vemos también las acciones de Fajardo: Relaciones con paramilitares, Hidroituango, apoyo del más grande grupo capitalista del país, socios de Uribe: el GEA. Vemos también a Goebbertus: Venida de las entrañas del Santismo, alabó la política genocida de «seguridad democrática» de Uribe, se opuso a la moción de censura a Carrasquilla (otro ultracapitalista y además corrupto). Vemos a una Angélica Lozano, exhortando a la juventud a protestar por el anden, sin molestar y en orden. Vemos a un Mockus, que ha vivido más de los jugosos contratos que de las ideas, pues han sido, por decir lo menos, cosméticas.

Juanita Goebertus on Twitter: "Me le mido a la política electoral porque  creo que como ciudadanos tenemos el potencial de transformar la política  desde adentro. ¡Lo hago porque me siento orgullosa de

¿Ese es el Centro, o es la derecha de siempre, que al ver el rechazo de la población por esta, se viste de centro?

La respuesta se la dejo a ustedes, estimado(a)s lectore(a)s.

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