• abril 26, 2024 6:20 am

El liderazgo para la consolidación socialista

PorHugo Cabezas Bracamonte

Jun 20, 2021

El próximo 8 de agosto elegiremos los candidatos del PSUV a Gobernador, Alcalde, Legisladores Regionales y Concejales. La elección se realizará a través de una consulta, al pueblo venezolano, de manera universal, directa y secreta. Lo que, en lenguaje político coloquial, suele llamarse elecciones primarias.

La Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha encomendado a las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCH), la honrosa misión de postular los candidatos para cada uno de los respectivos cargos a elegir. Tarea nada fácil. Porque, a quienes resulten electos, habrá de corresponderle dirigir el proceso de consolidación del Socialismo Bolivariano del siglo XXI. Y, ello requiere un gran compromiso y lealtad con los principios fundamentales que conforman nuestra propuesta de transformación radical de la sociedad venezolana.

Durante estos veintiún años de Revolución Bolivariana, los marcos de la democracia participativa y protagónica se han ensanchado a un nivel cuya dimensión ha colocado al pueblo venezolano, como el sujeto fundamental de ella. El poder popular es, de tal manera, ejercido a través de las comunas, como célula organizativa del mismo.

Razón por la cual,  el liderazgo que habrá de conducir la consolidación del Socialismo Bolivariano del siglo XXI, tiene que ser un liderazgo imaginativo y creador. Tiene que entender que su gran misión, es la de consolidar un modelo de desarrollo social nuevo; cuya edificación debe trascender el rentismo tradicional; debe transformar el Estado capitalista en un “Estado Socialista”, que ese es el cambio de paradigma requerido.

El liderazgo para la consolidación de la Venezuela Socialista tiene que estar dotado de una formación política sólida. Debe ser poseedor de un profundo conocimiento de nuestro proceso socio-histórico. Un líder socialista no solo debe parecerlo, sino que, debe demostrar que lo es. Por lo que, su práctica militante no debe estar reñida con la de un auténtico demócrata. Debe desechar toda conducta clientelar, todo “familísmo amoral”. Debe demostrar que su prédica sobre el pueblo, es sincera; que lo guían nobles y profundos sentimientos humanos, por lo que la justicia social, la equidad, la igualdad, trascienden la condición de valores morales que se le atribuye en la sociedad capitalista, para convertirse en principios caracterizadores y determinantes de una conducta verdaderamente socialista.

Pero sobre todo, el liderazgo para la consolidación del socialismo venezolano, debe estar convencido de que ello es una necesidad. Sólo así haremos realidad el sueño de nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez.

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