El Gobierno de Cuba ha neutralizado una red de tráfico de personas que, desde Rusia, incorporaba a cubanos como mercenarios en la guerra de Ucrania, y ha practicado numerosas detenciones (1).
En una denuncia pública, ponía negro sobre blanco (2): uno, que “no forma parte del conflicto bélico en Ucrania”; dos, que el mercenarismo está prohibido por sus leyes, al contrario –recordemos- que en tantos lugares donde se contratan a ex militares para combatir en favor de Ucrania (3); y tres, que su supuesta colaboración en “estas acciones” es un invento más de “los enemigos de Cuba”.
Estos “enemigos”, las organizaciones “anticastristas”, llevaban días diseminando una fake news: que La Habana estaría enviando jóvenes al conflicto de Ucrania (4). El desmentido oficial partía en dos este bulo. Y los principales medios internacionales, salvo los de Miami, han venido informando con relativo rigor al respecto.
Medios anticubanos apuntan, la Casa Blanca ¿dispara?
Sin embargo, “los enemigos” nos dicen que “Cuba envía soldados a Rusia y se inventa una red de tráfico de personas para encubrirlo” (5). Este era el titular de Libertad Digital, que daba voz a Javier Larrondo, de Prisioners Defenders: «La reacción (de La Habana) ha sido la misma que cuando se dedicó al narcotráfico y luego se dedicó a decir que había desmantelado una red (…) e iba a castigar a los culpables». Una gravísima acusación sin pruebas, ¿verdad? Esta es la impunidad con la que mienten los protegidos de Washington.
Desde Kiev, Orlando Gutiérrez Boronat, un extremista que ha pedido, en varias ocasiones, la invasión militar de Cuba (6), aseguraba que “nadie se cree ese cuento”, porque “más de mil cubanos, e incluso hasta 2 mil (…) están combatiendo en Ucrania (…) supervisados por oficiales de la tiranía cubana” (7).
En “Diario de Cuba”, medio sostenido con el dinero de la Casa Blanca, un exespía ucraniano aseguraba que «Cuba planea enviar sus fuerzas especiales a Bielorrusia, donde pueden ser utilizadas contra Ucrania» (8). Y en “ADN Cuba”, otro diario pagado con fondos federales, “un oficial del ejército ruso, (…) bajo condición de anonimato”, hablaba de “la presencia de batallones” de “cubanos y serbios, combatiendo en Ucrania del lado de Rusia” (9).
¿Consecuencia? El Departamento de Estado –leemos- ya está investigando “los informes de cubanos reclutados en Rusia para la guerra en Ucrania” (10). ¿Se acuerdan de la supuesta “base china” en Cuba, de la que se habló en junio? El caso se prevé similar: Washington quizá eleve el tono contra La Habana durante unos días, hasta que la serpiente de verano desaparezca entre la maleza de la falta de pruebas (11) (12).
Crear división entre Cuba y Rusia
El objetivo de esta nueva operación psicológica no solo persigue abortar cualquier acercamiento o distensión entre Cuba y EEUU. También generar desconfianza o división entre Cuba y Rusia, socios estratégicos que, en los últimos meses, han estrechado sus vínculos comerciales, financieros y militares.
En “Diario de Cuba”, un analista político ruso señalaba que la desarticulación de la red en La Habana «no beneficia las relaciones bilaterales»; y otro, que «el régimen cubano no quiere correr riesgos”, ya que “cualquier paso hacia Rusia conducirá a un deterioro en las relaciones con EEUU”, cuando “el país necesita dinero» (13). ¿Dinero de EEUU para Cuba? No es posible análisis más desviado y desinformado: lo que Washington impone a la Isla, hoy, es el bloqueo total y absoluto a sus inversiones, ingresos y créditos.
Pero si un medio trataba de azuzar la “división” entre aliados, era The New York Times, convertido en órgano oficial de propaganda de la OTAN: “Cuba asegura que Rusia quiere reclutar a sus ciudadanos para luchar en Ucrania”, titulaba (14).
Recordemos que La Habana ha condenado la estrategia de expansión de la OTAN y cerco a Rusia, además de la política de sanciones contra Moscú (15). Pero no ha aprobado de manera pública la operación militar rusa en Ucrania. Una nota de la agencia Efe aclara la posición cubana: “En Naciones Unidas, Cuba ha votado contra resoluciones auspiciadas por Ucrania o aliados, pero también ha optado en varias ocasiones por la abstención en lugar de apoyar explícitamente las posiciones del Kremlin” (16).
Buscando asilo político en EEUU
Y como en toda operación de guerra mediática, no pueden faltar los “testigos” pintorescos. Recuerden que, días atrás, dos jóvenes cubanos, desde Moscú, denunciaron, en un canal de Miami, haber sido engañados para ir al frente de Ucrania (17). Pues el padre de uno de ellos, este desde México, declaraba que su «hijo fue engañado, como muchos otros jóvenes que fueron enviados por el gobierno cubano” a la guerra (18). Hizo, incluso “un llamado a la opinión pública internacional” y “a la ONU” para actuar en contra de su país. Realizar semejante acusación pública tan grave tiene un objetivo más que evidente: crearse un expediente de persecución judicial en Cuba para así obtener el asilo político en EEUU. Y cerrar con éxito, de esta manera, el proyecto migratorio de su familia.
Una nota de Univisión aclaraba perfectamente todo este asunto: “Aunque no existen pruebas…” Repetimos: “Aunque no existen pruebas de una cooperación militar oficial entre Rusia y Cuba en el actual conflicto bélico en Ucrania, es importante señalar que Rusia sigue siendo el principal suministrador de material bélico para el ejército cubano” (19). Es decir, que Rusia puede aportar a Cuba inversiones, turismo, petróleo, incluso armamento. Pero “no existen pruebas” sobre una “cooperación militar” en Ucrania.
Que es puro fake. Que, sencillamente, no es más que una nueva operación de guerra psicológica. Dinamitada, una vez más, desde Cuba.