• octubre 7, 2024 1:14 am

¿Se derrumban en la justicia las acusaciones contra Hollman Morris?

PorCamilo Arteaga Duran

Abr 26, 2021

Nuevamente leo un artículo sobre el tema feminista en la Colombia Humana, y me encuentro con un lugar común que en mi opinión me parece preocupante, facilista y falto de rigor periodístico, a no ser que se aborde de tal manera para servir a un interés político más que a un interés de equilibrio informativo.

Me refiero al caso de Hollman MorrisLa Silla Vacía vuelve y nos habla de las “denuncias” en su contra sobre “acoso” y “violencia intrafamiliar”.  Sin embargo, dichas denuncias se presentaron en enero del 2019 y las conocimos a través de los medios.  Mi preocupación radica en que en estos medios, en lugar de decirnos que existen denuncias, por qué no ahondan y nos cuentan en qué van estas si ya han pasado dos años; es decir, no son nuevas como pareciera ser la intención de mostrarlas.

Es sencillo, y cuando se es periodista y se quiere informar sobre el desarrollo de dichas investigaciones se levanta el teléfono y se habla con la oficina de prensa de la Fiscalía, en este caso; o quizá le resulte más “interesante” al medio seguir de manera poco profesionalmanteniendo el tema en “denuncias” y no en su desarrollo y/o desenlace, movidos más por un interés político-partidista que en este caso sería mantener a Morris bajo sospecha, dándole la razón a los verdes de Ángela María Robledo, a la administración de Claudia López y a su entorno para seguir golpeando a Petro y afianzar el estribillo hueco de señalar a la Colombia Humana de machista, maltratadora y demás improperios calumniosos.

¡Oh sorpresa!: De las averiguaciones en la fiscalía encuentro lo siguiente:

Morris tiene dos denuncias penales en el ente investigador: La primera de su exesposa Patricia Casas, interpuesta el 11 de diciembre del 2018, y la segunda de María Antonia de la Torre, radicada en septiembre del 2019, un mes antes de la elección de alcaldes.  De la Torre primero denunció a Morris en cuanto medio de comunicación estaba a su alcance, pero solo fue un mes antes de la elección a la alcaldía que instauró formalmente la denuncia penal sobre unos supuestos hechos sucedidos en el 2011, 10 años atrás, cosa que siempre llamó mi atención y que no es un dato menor.

Han pasado dos años y la fiscalía ha revisado los casos de manera juiciosa y hasta hoy no encuentra méritos para abrir, en ninguno de ellos, investigación.

En la denuncia de Casas, Morris aportó todo tipo de pruebas documentales que desmentirían las acusaciones.  Pude establecer que, por el contrario, los abogados de la firma de Abelardo De La Espriella no han proporcionado ninguna prueba y ni siquiera se han preocupado por impulsar el caso.  Esto podría tener la siguiente explicación: revisando la denuncia penal de la señora Casas, que encontré además sorpresivamente en el portal de Caracol Radio, está completa y además incluye el nombre del menor de edad hijo de la pareja y todos los datos personales de ese núcleo familiar, lo que es violatorio de la ley, pero lo que menos vale en este país es la integridad, el buen nombre y el beneficio de la duda de quien es opositor político y los medios se dan la licencia de hacer con las familias de opositores lo que les viene en gana me di cuenta y tras consultar a versados en el tema, que es una enumeración de hechos más elaborados como titulares de prensa muy al estilo del abogado del diablo.  De ahí que, a la fecha, el caso haya pasado por tres fiscales y ninguno decida abrir investigación porque sencillamente no habría méritos reales para hacerlo.  Además están las múltiples pruebas que, insisto, ha presentado Morris.

El caso de la señora De la Torre es igual: hasta el momento no se abre investigación.  En conclusión, son solo dos denuncias que carecerían de piso jurídico, lo cual me dice que el tiempo le va dando la razón a Hollman Morris.

Por otra parte, hubo una tercera denuncia de la señora Chela Pineda, que al igual que De la Torre apareció en diferentes medios de comunicación señalando que había trabajado con Morris en el Concejo de Bogotá y haciendo una serie de denuncias; sin embargo, Chela Pineda nunca trabajó con el entonces Concejal (Morris lo demostró con documentos oficiales) y a la fecha nunca interpuso la denuncia penal que en diferentes medios prometió radicar.  Hoy se desconoce el paradero de esta persona que andaba para arriba y para abajo con Ángela Robledo y su combo. Lo anterior deja a Morris con dos denuncias penales radicadas que no prosperan y otra que quedó solo en el escandalo mediático, lo que sin duda les servía políticamente para acabar con la candidatura del reconocido periodista y exconcejal de Bogotá que hacía una férrea oposición a nefastos proyectos como el “Metro elevado” de Peñalosa que hoy continúa de la mano de la actual administración “verde” y “feminista”.  Curioso feminismo ese de desalojar madres cabeza de familia y en plena pandemia, o ese que lanza el ESMAD a las mujeres que protestaban, paradójicamente, contra la violencia machista. Pero bueno, los hechos hablan más que las palabras, que lo aguantan todo.

Que pase ya un largo tiempo y no se abran investigaciones no es algo sin relevancia, pone la balanza a favor de Morris, pero sobre todo va apareciendo poco a poco la justicia en un caso donde primero, mediáticamente, ya lo condenaron; donde han procurado destruir su carrera política, su vida y tranquilidad y no quiero imaginar las afectaciones para sus hijos que en ese tiempo eran menores de edad.

A sus acusadores y señaladores lo que menos les interesa es la Justicia, o de otra forma ya se hubieran dado cuenta que no prosperan las denuncias; lo que les interesó fue acabar con su candidatura a la alcaldía y ahora acabar con la posibilidad de que Petro sea presidente pues en sus filas “hay cavernarios machistas y maltratadores”, y justificar así la salida de Ángela Robledo, que valga decirlo y con el probable archivo de las investigaciones contra Morris, quedaría en el peor de los escenarios.

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Nuevamente leo un artículo sobre el tema feminista en la Colombia Humana, y me encuentro con un lugar común que en mi opinión me parece preocupante, facilista y falto de rigor periodístico, a no ser que se aborde de tal manera para servir a un interés político más que a un interés de equilibrio informativo.

Me refiero al caso de Hollman MorrisLa Silla Vacía vuelve y nos habla de las “denuncias” en su contra sobre “acoso” y “violencia intrafamiliar”.  Sin embargo, dichas denuncias se presentaron en enero del 2019 y las conocimos a través de los medios.  Mi preocupación radica en que en estos medios, en lugar de decirnos que existen denuncias, por qué no ahondan y nos cuentan en qué van estas si ya han pasado dos años; es decir, no son nuevas como pareciera ser la intención de mostrarlas.

Es sencillo, y cuando se es periodista y se quiere informar sobre el desarrollo de dichas investigaciones se levanta el teléfono y se habla con la oficina de prensa de la Fiscalía, en este caso; o quizá le resulte más “interesante” al medio seguir de manera poco profesionalmanteniendo el tema en “denuncias” y no en su desarrollo y/o desenlace, movidos más por un interés político-partidista que en este caso sería mantener a Morris bajo sospecha, dándole la razón a los verdes de Ángela María Robledo, a la administración de Claudia López y a su entorno para seguir golpeando a Petro y afianzar el estribillo hueco de señalar a la Colombia Humana de machista, maltratadora y demás improperios calumniosos.

¡Oh sorpresa!: De las averiguaciones en la fiscalía encuentro lo siguiente:

Morris tiene dos denuncias penales en el ente investigador: La primera de su exesposa Patricia Casas, interpuesta el 11 de diciembre del 2018, y la segunda de María Antonia de la Torre, radicada en septiembre del 2019, un mes antes de la elección de alcaldes.  De la Torre primero denunció a Morris en cuanto medio de comunicación estaba a su alcance, pero solo fue un mes antes de la elección a la alcaldía que instauró formalmente la denuncia penal sobre unos supuestos hechos sucedidos en el 2011, 10 años atrás, cosa que siempre llamó mi atención y que no es un dato menor.

Han pasado dos años y la fiscalía ha revisado los casos de manera juiciosa y hasta hoy no encuentra méritos para abrir, en ninguno de ellos, investigación.

En la denuncia de Casas, Morris aportó todo tipo de pruebas documentales que desmentirían las acusaciones.  Pude establecer que, por el contrario, los abogados de la firma de Abelardo De La Espriella no han proporcionado ninguna prueba y ni siquiera se han preocupado por impulsar el caso.  Esto podría tener la siguiente explicación: revisando la denuncia penal de la señora Casas, que encontré además sorpresivamente en el portal de Caracol Radio, está completa y además incluye el nombre del menor de edad hijo de la pareja y todos los datos personales de ese núcleo familiar, lo que es violatorio de la ley, pero lo que menos vale en este país es la integridad, el buen nombre y el beneficio de la duda de quien es opositor político y los medios se dan la licencia de hacer con las familias de opositores lo que les viene en gana me di cuenta y tras consultar a versados en el tema, que es una enumeración de hechos más elaborados como titulares de prensa muy al estilo del abogado del diablo.  De ahí que, a la fecha, el caso haya pasado por tres fiscales y ninguno decida abrir investigación porque sencillamente no habría méritos reales para hacerlo.  Además están las múltiples pruebas que, insisto, ha presentado Morris.

El caso de la señora De la Torre es igual: hasta el momento no se abre investigación.  En conclusión, son solo dos denuncias que carecerían de piso jurídico, lo cual me dice que el tiempo le va dando la razón a Hollman Morris.

Por otra parte, hubo una tercera denuncia de la señora Chela Pineda, que al igual que De la Torre apareció en diferentes medios de comunicación señalando que había trabajado con Morris en el Concejo de Bogotá y haciendo una serie de denuncias; sin embargo, Chela Pineda nunca trabajó con el entonces Concejal (Morris lo demostró con documentos oficiales) y a la fecha nunca interpuso la denuncia penal que en diferentes medios prometió radicar.  Hoy se desconoce el paradero de esta persona que andaba para arriba y para abajo con Ángela Robledo y su combo. Lo anterior deja a Morris con dos denuncias penales radicadas que no prosperan y otra que quedó solo en el escandalo mediático, lo que sin duda les servía políticamente para acabar con la candidatura del reconocido periodista y exconcejal de Bogotá que hacía una férrea oposición a nefastos proyectos como el “Metro elevado” de Peñalosa que hoy continúa de la mano de la actual administración “verde” y “feminista”.  Curioso feminismo ese de desalojar madres cabeza de familia y en plena pandemia, o ese que lanza el ESMAD a las mujeres que protestaban, paradójicamente, contra la violencia machista. Pero bueno, los hechos hablan más que las palabras, que lo aguantan todo.

Que pase ya un largo tiempo y no se abran investigaciones no es algo sin relevancia, pone la balanza a favor de Morris, pero sobre todo va apareciendo poco a poco la justicia en un caso donde primero, mediáticamente, ya lo condenaron; donde han procurado destruir su carrera política, su vida y tranquilidad y no quiero imaginar las afectaciones para sus hijos que en ese tiempo eran menores de edad.

A sus acusadores y señaladores lo que menos les interesa es la Justicia, o de otra forma ya se hubieran dado cuenta que no prosperan las denuncias; lo que les interesó fue acabar con su candidatura a la alcaldía y ahora acabar con la posibilidad de que Petro sea presidente pues en sus filas “hay cavernarios machistas y maltratadores”, y justificar así la salida de Ángela Robledo, que valga decirlo y con el probable archivo de las investigaciones contra Morris, quedaría en el peor de los escenarios.

Todo un montaje sin escuchar a la otra parte, desconociendo el debido proceso y la vida del ser humano que es Hollman Morris, su drama y el de su familia, su recorrido periodístico y de labor social que han sido exaltados alrededor del mundo.  Así quieren cabalgar su candidatura presidencial, destruyendo mediante reiteradas acusaciones a las verdaderas alternativas de cambio.  Infame y canalla actitud que muchos advertimos en su momento.

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Todo un montaje sin escuchar a la otra parte, desconociendo el debido proceso y la vida del ser humano que es Hollman Morris, su drama y el de su familia, su recorrido periodístico y de labor social que han sido exaltados alrededor del mundo.  Así quieren cabalgar su candidatura presidencial, destruyendo mediante reiteradas acusaciones a las verdaderas alternativas de cambio.  Infame y canalla actitud que muchos advertimos en su momento.

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